Se trata de ayudas a aquellas familias que no puedan hacer frente a la ejecución de actuaciones en las zonas comunes de los bloques de vecinos
El alcalde de Chiclana, José María Román, ha anunciado que el Ayuntamiento, a través de Emsisa, vuelve a poner en marcha el programa de rehabilitación de comunidades vecinales. Una comparecencia ante los medios de comunicación en la que también ha estado presentes el delegado municipal de Vivienda y vicepresidente de Emsisa, Francis Salado. “Uno de los temas más importantes a nivel municipal es la política de vivienda y este Ayuntamiento se está significando por distintos programas, que están ayudando a resolver, en parte, la problemática existente”, ha expresado el alcalde, quien ha recordado que “estamos hablando de las 110 viviendas del programa Ciconia, las 18 en construcción en La Cucarela, las 47 previstas próximamente allí mismo o las 24 de El Pilar, que se licitarán antes de final de año, sin olvidar la instalación de ascensores en viviendas públicas y privadas o las mejoras en distintas barriadas”.
“Y otro de los programas más importantes es el del mantenimiento de comunidades de vecinos, porque nos encontramos con bloques de viviendas en mal estado y de los 15 o 20 vecinos algunos de ellos no tienen posibilidades económicas para arreglarlo. Y es ahí donde aparece este programa de rehabilitación de comunidades, que en esta quinta convocatoria hemos relajado las normas para que pueda llegar a un mayor número de familias”, ha comentado el regidor chiclanero, quien ha explicado las novedades previstas para esta nueva convocatoria, entre ellas, que el plazo de solicitud se mantiene abierto durante todo el año.
Así, los requisitos para que las comunidades de propietarios puedan acogerse a estas ayudas son que los edificios deben estar ubicados en el término municipal de Chiclana, no estar calificados urbanísticamente como fuera de ordenación o en situación de asimilado en régimen de fuera de ordenación, a efectos de la obtención de la licencia municipal de obras, su construcción debe haberse finalizado antes de 2004, contar con la licencia de obras municipal para la intervención y presentar unas condiciones de seguridad estructural y constructiva que garanticen la viabilidad de la intervención. Además, el edificio habrá de contar con un informe técnico sobre su estado y no podrá iniciar las obras con carácter previo a la solicitud de la ayuda.
Por otro lado, todos los vecinos de la comunidad tendrán que cumplir, a su vez, una serie de requisitos, entre ellos, ser mayores de edad, ostentar la propiedad de la vivienda que ocupan, o ser arrendatarios de la misma con contrato de arrendamiento en vigor, estar empadronados en la vivienda que ocupan, no ostentar la propiedad ni derecho real sobre otra vivienda distinta a la que será objeto de rehabilitación y acreditar los ingresos de todos los miembros de la unidad familiar que están empadronados en la vivienda.
Además, entre las novedades para la presente convocatoria se incluyen que se admiten obras para la reparaciones relacionadas con la seguridad estructural y accesibilidad; se incrementa los tramos de los importes máximos de ingresos por unidades familiares; se incrementa el importe para la redacción de informes técnicos y de redacción de proyectos, estudios de seguridad y salud, de dirección de obra y de coordinación de seguridad y salud; se incrementa la limitación de subvención por vecino, en función de los ingresos, pasando de 2.000 euros a 5.000 euros por vivienda; se elimina el requisito de que al menos el 75 por ciento de su superficie construida sobre rasante tenga uso residencial de vivienda; y se elimina el plazo de presentación de solicitudes (anteriormente había un plazo de tres meses), por lo que el programa queda abierto para todo el año. De esta forma, a medida que vayan registrándose de entrada solicitudes de ayuda, se irán gestionando y tramitando.
“Por tanto, tenemos un programa mucho más abierto para poder responder a distintos problemas que nos han planteado y que no podíamos atender”, ha recalcado José María Román, quien ha añadido que “por ello estamos convencidos de que el programa va a ayudar a muchos bloques de viviendas”.
Anteriores convocatorias
Hay que recordar que este programa de ayudas a la rehabilitación de comunidades se puso en marcha en el año 2017. Así, en la primera convocatoria se beneficiaron los vecinos de la barriada de Las Marismas, que percibieron 36.218 euros de ayudas de los casi 100.000 que habían supuesto las obras de actuación. En este sentido, dichas ayudas posibilitaron que se pudiera actuar en los 10 bloques de viviendas, que se distribuyen en dos manzanas de cinco bloques cada una y cuya construcción finalizó en 1979. Así, el total de viviendas asciende a 132.
En la segunda convocatoria, en la barriada Pintor Federico Godoy, de las 50 solicitudes presentadas, fueron concedidas 24 por un importe de 11.395 euros. En Huerta del Retortillo, de las nueve solicitudes, se concedieron seis por valor de 4.854 euros. En la avenida de La Libertad, de las siete solicitudes solicitadas, fueron otorgadas cuatro por valor de 6.564 euros. Y en la Plaza Mayor, las cuatro solicitudes fueron concedidas por valor de 4.347 euros. Por tanto, de un total de 70 solicitudes presentadas, 38 fueron aprobadas (52 por ciento del total) por importe de 27.162 euros.
En la tercera convocatoria, se beneficiaron de estas ayudas las urbanizaciones Huerta El Retortillo bloque 3, de 16 viviendas, y calle Álamo 11, con 12 viviendas y dos locales comerciales. El total de la ayuda ascendió a casi 16.000 euros.
Y en la última convocatoria de este pasado año 2023, 27 fueron las familias que se beneficiaron de estas ayudas, ascendiendo a un total de 38.226,04 euros. En concreto, las familias beneficiarias correspondían a edificios de la carretera de Fuente Amarga, calle Bailén y urbanización La Florida.
Otras medidas
Por último, indicar que, además de este programa de ayuda a la rehabilitación de comunidades, el Ayuntamiento sigue trabajando para la adquisición de viviendas abandonadas en el centro de la ciudad para ponerlas en carga, así como para la compra de solares en el casco histórico. Además, se está trabajando en la regulación de viviendas turísticas, para que éstas se limiten a la Chiclana residencial y no al casco urbano, “porque no tiene sentido que haya viviendas turísticas en zonas como Fuentre Amarga, calle Ancha o García Gutiérrez, por ejemplo”.